Entrevista con un vampiro de la Plaza Colón
- andrepmt
- 23 dic 2014
- 3 Min. de lectura
Cuando los gitanos y los oficinistas que recorren el principal rincçon cívico de Antofagasta desaparecen, son otros personajes los que se toman las bancas de la Plaza Colón. Es tarde, y de lejos se escuchan unos tacones. Una figura femenina se aproxima tratando de llamar la atención con su movimiento de caderas. Su juego es parecerse lo más posible a una mujer, pero insiste en que él no es una mujer, lo dice claro y con una sonrisa maliciosa en la cara: yo soy un travesti.
Este ser anda de cacería. Viste negro y sale solo de noche, es un vampiro con sed de una aventura y dinero en Antofagasta. Nada de lo que hace es gratis, invierte mucho en las operaciones que paga en Tacna, y aunque muchos piensan que la Navidad es un momento de ganancia para el comercio y los pequeños, este mujer de colmillo largo me jura que en las fiestas también saca cuentas alegres. Hasta 200 mil pesos se echa en la cartera por noche durante las semanas de pascua y año nuevo.
-El negocio acá es ganar plata amor. Acá en el centro todo es plata –reconoce-. Yo te voy a explicar algo… La Plaza Colón es como un barrio de los gay solamente, todos los días, por ejemplo, si tú subes por las calles como a las dos de la madrugada, todos los días vas a encontrar travestis. Acá, en Prat también, en Maipú, en Orella; mi amor, en todas las calles. Si quieres encontrar mujeres tienes que ir a Condell.
-¿Entonces quiénes son los reyes de la calle?
-Los travestis somos las reinas, no los reyes.
-¿Y hay peleas?
-Mmmmm… no –responde pensativo.

Reinos
Este vampiro describe cómo es que se sitúan en las veredas. Dice que los que quieren estar con chiquillas tienen que ir a buscar a otros lados. Habla como si se tratara de otra soberanía, una donde ella no deambula.
-¿Sabes por qué no hay peleas? Por que en Condell solamente se paran putas colombianas y acá como hay mucha travesti chilena, no se meten ¿qué nos van a hacer a nosotros? Nada –agrega.
-¿Entonces es una cosa entre chilenas y colombianas?
-No, pero igual este es un país que se llama Chile poh, entonces hay que estar claritos.
Las vacaciones y la fiebre consumista-religiosa, pintan un panorama más familiar, aun cuando ya no reina el sol. Precisamente a lo lejos veo a niños caminando por la vereda de enfrente entretenidos con sus padres. Mi nueva amiga los mira y se complica.
-A mí me da vergüenza cuando pasa una familia como esa, por ejemplo pasar al lado de ellos. Me vengo en taxi por eso, si total deja harta plata la noche –relata tratando de esconderse detrás de mío y con hálito alcoholizado-. Ojalá me llegara a hacer un millón de pesos –me dice acercando su boca entre mi oído y cuello.
El paisaje es cada vez más despoblado y ahora solo se preocupa de que los patos yecos no lo caguen. Camina más hacia la oscuridad, tras de el kiosco blanco de la esquina de Prat con Washington. Insiste en que no se le vea la cara mientras me conversa y coquetea con los hombres que caminan en esa velada previa a la Nochebuena por la plaza.
No faltan los que afinan la mirada para saber si es o no una mujer. –Me miran porque me ven las nalgas. Mira mi amor, yo gasto como un millón y medio por año para eso. Siempre me confunden con una mujer, pero es solo la forma, me veo como una mujer, pero ¿qué tengo yo? –apunta la entrepierna-. Eso es lo que me hace diferente.
La chica de negro viaja seguido a Santiago, donde varios clientes le necesitan. Dice que en Antofagasta aún no es tan así. Lo que hace que hayan tantos travestis en el centro hoy por hoy, solo es el morbo, asegura.
-Yo atiendo a hombres de la Bonilla y del lado sur. El otro día atendí a un hueón que vivía arriba de la Poza de los Gringos, en esos cerros cuicos de arriba… Amor, en la noche pasa de todo y tú ves de todo.
-Entonces tu carrera va en acenso en Antofagasta -deduzco.
-Sí. Y obviamente lo mío no es natural, esto es silicona. Yo invierto en mi cuerpo para verme más linda. Pero igual lo que no entiendo es por qué no se meten con mujeres, porque igual yo tengo que ser un hombre para ellos. No entiendo. Ahora voy a invertir más dinero en la cara para verme más femenina, por eso cuando me piden que sea la activa, yo les cobro más caro.
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